viernes, 29 de agosto de 2008

Chillida


























































































































































1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahí están toda la profunda seriedad y el rigor (entre los mejores rasgos vascos) del maestro de la forja, el Bach de la piedra, con su geometría y su fluir en lo hondo.
Pero, además: el fondo verde, hierba recién llovida.