martes, 15 de enero de 2008

Revista Gente, Personajes 2007:El mapamundi del barrio




Tipos de mapas hay muchos y los podemos clasificar someramente según el área geográfica que abarcan y según la información que recogen (mapas fluviales, de carreteras, económicos, geopolíticos...).
Dependiendo del tipo de mapa que tengamos delante, podremos encontrar las principales ciudades noruegas, los ríos y afluentes que riegan la fértil China septentrional o cómo llegar a Patones de Abajo desde Tomelloso y cuántas gasolineras encontraré en el camino.

Se equivoca, sin embargo, quien piense que un mapa no recoge más que datos objetivos, perfectamente medidos y verificados, no sujetos a discusión: los mapas imperiales, por ejemplo, rodeados de firuletes y alegorías que ensalzan la gloriosa nación, suelen jugar con la perspectiva y las proporciones, deforman la realidad; tienden a incluir no sólo posesiones reales sino territorios perdidos, considerados irrenunciables o, por qué no, pendientes de conquista. Estos mapas también pueden contener, por ello, una contundente declaración de intenciones o una obstinada postura patriotera: quién sabe si a fuerza de dar diariamente el parte metereológico de las Malvinas, un buen día amanecerán como territorio argentino.

La revista Gente publicó, como es habitual al finalizar cada año, una fotografía con los “Personajes de 2007”. Hay tanto Personaje –con mayúscula, por supuesto- últimamente que la foto hace tiempo que necesita del formato extensible, como los mapas de carreteras. Por supuesto, todo el mundo sonriendo y aplaudiendo a más no poder.
Uno puede recorrer el mapa Personajes 2007 y encontrar algunas ciudades de mediana importancia, y mucho, pero mucho pueblo de mierda que sólo visitaría uno si tiene allí una tía muy rica a punto de criar malvas o si el auto ha sufrido una avería. Es un territorio sin capital, ni siquiera de provincia. Es un simple plano de barrio, por más que el barrio se piense otra cosa.

A una ciudad grande no le queda más remedio que aparecer en el mapa de carreteras junto a un pueblito minúsculo: el mapa relaciona puntos geográficos en función de la proximidad existente entre ellos y las rutas que los unen. Esa es la razón de ser del mapa y el motivo por el cual dos poblaciones tan distintas aparecen en un mismo trozo de papel.
De la misma manera, un pueblo de doscientos habitantes situado en mitad de la Pampa no puede llamar a la imprenta para que lo incluyan como pueblo significativo de la provincia de Madrid. México D.F. no puede decidir retirarse del mapa de su país o preferir constar como tranquila población rural, cansada de tanta contaminación.
Sin embargo, en la fotografía de Gente uno tiene que decidir si aparece o no: te llaman -o llamas tú recordando lo importantes que han sido tus logros este año que termina-, te dicen cuándo debes pasarte por el lugar y tienes que aguantar una sesión de fotos entera. Previamente, si le das importancia al asunto, habrás negociado junto a quién aparecerás y, sobre todo, si se te verá más bien en el centro o en una esquina en la última fila. Si se te complica demasiado y no puedes ir cuando van todos, te incluyen luego con el photoshop. Es, pues algo voluntario, siempre y cuando en Gente hayan pensado en ti como uno de los afortunados que son dignos de ser incluidos en la foto.

Hay pueblos que celebran su flamante aparición en los mapas: la ocasión merece vestirse de largo y tirar la casa por la ventana. El acontecimiento suele venir de la mano de una carretera nueva que, en poco tiempo, convierte el pueblo en un lugar de paso obligado, en un punto de parada y fonda; quizá de un descubrimiento arqueológico importante, de una política turística que decide explotar su condición rural en atractivo turístico. El pueblo, por tanto, pasa a tener mayor importancia, eso es algo indiscutible, y esto se plasma formalmente cuando aparece en los mapas.
Los motivos por los que alguien pasa a ser considerado “Famoso”, “Personaje del año”, en cambio, no obedecen esta regla. No salen en los mapas porque pasan a ser importantes, sino al revés: consiguen la fama gracias que salen en algún mapa.

En el centro de la fotografía, claro está, Tinelli y Adrián Suar, la Legrand y Susana Giménez; la televisión, sin ellos, posiblemente sería otra cosa. Ingenuo pensar, sin embargo, que sería algo muy distinto: podríamos eliminar poblaciones enteras, arrasarlas, borrarlas literalmente del mapa, pero en muy poco tiempo volverían a aparecer, insistirían en renacer y volverían a constar en el mapa, quizá con otro nombre, quizá un poco más al oeste; pero no habrían cambiado más que su apariencia.
En las primeras filas, las chicas guapas, las llamadas diosas, joyas del patrimonio farandulero nacional, lugares con encanto que se promocionan siempre que se puede para atraer el turismo, elementos ornamentales de la fotografía y de la televisión. Lo estúpido, comentaba Martín Caparrós en alguna ocasión, es que a estas mujeres se les haga preguntas, les hagan hablar: ¿se le hacen preguntas a un cuadro? ¿necesita hablar una orquídea? Pero eso es otro tema. La fotografía, pues, es su hábitat natural y tampoco suelen servir para actrices, aunque ahí andan, de plató en escenario, por eso, porque queda lindo.
Alrededor de esas pequeñas urbes con ínfulas de metrópoli y de esas mujeres de moda, tan turísticas y tan visitadas, toda una serie de puebluchos fantasma, de villas miseria.

El mapa del imperio massmediático argentino se renueva anualmente: de un año para otro hay catástrofes, guerras mediáticas, poblaciones que dejan de existir en batallas burdas, analfabetas y, eso sí, muy lucrativas. Desaparecen los territorios arrasados, aunque a menudo se los puede recuperar en ocasiones posteriores, razón por la cual aplaudirán con todo el entusiasmo de que sean capaces cuando se les vuelva a conceder retratarse junto a los reyes de la porquería televisiva.
En cada actualización cartográfica no todo puede renovarse constantemente, pues se perdería la identidad del pretendido imperio. Por ello, se necesitan algunos referentes que den espíritu de continuidad y tradición. Como tales, las figuras que pasan de la tapa de Gente de un año a la del siguiente dan estabilidad al territorio nacional representado en esta cartografía de lo berreta, de lo frívolo, de lo idiota, permiten no olvidar qué se pretende y cuál es la línea a seguir. SG y Tinelli son los monarcas, los íconos de hoy, como antes lo había sido Menem durante una década: cambió el rey, pero no hay duda de la pretensión de continuidad.

Sin embargo, uno se pregunta qué necesidad tiene Pacho O´Donnell, por ejemplo, de aparecer en esta foto. O Charly García. La mayoría vive precisamente de esto, de la publicidad de sí mismos, del rating. Pero no ellos -aunque la pose de enfant terrible ya entrado en años de Charly se puede transformar en obsecuencia mediática sin que signifique nada, porque ya nada sorprende de lo que haga-. No lo necesitan, como tampoco Nelson Castro: ¿imposiciones del medio?
La mayor sorpresa, sin embargo, es Fernando Peña: no sé si ya había aparecido anteriormente, quizá en alguna entrevista, pero es distinto: encontrarlo ahí, aplaudiéndose a sí mismo –¿qué otra cosa aplauden estos Personajes, si no es su propia vanidad?-, formando parte del monumento a la frivolidad y a la televisión-basura. Peña es irreverente, políticamente incorrecto de manera inteligente y visceral, está en otra categoría: debería aparecer en otro mapa, posiblemente en muchos otros, pero no en éste. Es como encontrar en el mapa de ciudades noruegas un afluente de la China septentrional.

El caso de Macri es distinto: no podía no aparecer. Continuando con lo circense del menemismo, el político en el poder es parte de la farándula y se esfuerza por serlo. Se trata de un populismo de derechas, que adhiere por tanto a la versión berlusconiana -resucitada en parte por Sarkozy, según parece-, más que a la tercermundista: en vez de bombos y banderas, seda y piernas largas.


Un plano del barrio, en resumen que se piensa mapamundi.

1 comentario:

RodPod dijo...

Grande Nacho, sos candidato a próxima tapa...

Veo que pusiste mi frase célebre...

nos vemos pronto...